En la esquina de la banqueta
Ese camellón fue mi confidente
Me tumbé debajo de las nubes
Trota mundos
Y noté su sigilosa mirada
El viento se hizo frío
El sol freía el pavimento
Las sombras se arrastraban
Cerca de ellos
La mujer llegó iracunda
Sentada gemía
Comía
Moría
Nadie la miraba
Temían
Era una diosa exiliada
Ni el viento la reverenció
Ignorada por todo y todos
Transitaba el cosmos
Después de medio día
Se fue
Pintura blanca y negra
Resbalaban por su rostro
La tragedia se representó
Dioses marginados
Coladeras
Gritan, gimen, corren por las calles
Sin reflejo
Sin sombra
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