Otoño en el Tiempo

Otoño en el Tiempo
Libro de poesía

miércoles, 13 de febrero de 2013


Y aquí en este mundo de muertos, es el infierno de concreto.
Asfixia los poros de mi cuerpo.
Descompresión, viento.
Hechizos  de placer al medio día, calles colmadas de demonios.

Y yo ansío, besos
El fuego…

Pulque de mis entrañas
Dame  paz
Un trago para que las ideas no sigan atormentando

Otro trago, un litro se ha ido
Y también el dolor del pensamiento
Flotamos bajo el sol
Fumando azul

Sombras cruzando la ciudad, mecen los museos mecidos, al infinito.
Penetran en ellos para esparcirse y desaparecer.
Mi droga, el sol.
Sólo tus piedras húmedas como vaginas, me pueden dar paz.

No quiero ser salvada del delirio
Quiero morir en él
En ti, en ella, en el hechizo de esta melodiosa…
Danza al atardecer

En mi memoria, el vacío.

Y esta soledad embriagante
Infinita como templo
Gente inhalando pegamento
Desfallecidos

Hijos de este
Mi tiempo

Color arcoíris
Gris para el corazón
Azul aquí en el infierno
Naranja para el horizonte

Marino para el firmamento

Allí me quedé tumbada, sobre esas sillas de piedra, descansando de mi sombra.
Perdida en una bóveda de estrellas, imaginarias, fugaces.
Abrir y cerrar los ojos, la respiración atenta.
Bajo mis pies, tus movimientos.

Te arrastras casi todo el tiempo
Ese ser adolorido que te ronda
Reptando por todos los huecos

Nada ha dicho, todo es un hecho, la muerte y la desesperación.
Que se notan y deambulan, en el laberinto de la memoria.
Sus presencias son de hierro, tienen su peso, libran batallas en mi cerebro.
Alguien cruza mi silencio corporal, se hace presente, omnipresente.

Dos litros más, volver por el asfalto rudo
Nadar bajo el abismo
El ruido multitudinario
Canta

Sus risas vacilan
Curiosas constelaciones
Habitando la oscuridad
Corazones solitarios

Qué más da
Si apetecen, siempre apetecen
Un trago más
Un beso más

Saboreemos el infierno
Una vez más