Ustedes van a tener que disculparme, pero la muerte tocó a mi puerta los últimos días y el vacío es permanente.
Los gritos rasgan del sax
¡Cuánto silencio contiene tu abismo sin gloria!
Nadie te nombra.
El corazón en llamas hizo su intento y apareció apenado esta noche de luna llena.
Allá fría, despejó tu lejanía.
Ella reina.
De la oscuridad una sombra.
Fuego en el cielo, las nubes aúllan y yo, guardo los minutos.
Contándote
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