Hubo un tiempo
En el que
Los corazones
No conocían límites
Eran libres
Ardían
Como el fuego
Con su mirada
Abrazaban la fugacidad
Jugaban con el viento
Y la transformaban
Detalle a detalle
En un fragmento
Imborrable
De historia
Existía razón suficiente
Para no controlar
Las gloriosas pasiones
Que nos hacen hombres
Y mujeres
Completamente libres
De pies en la tierra
Y sueños al viento
Constructores colectivos
Imaginantes
Revestidos de ideas
Moldeadas en el universo
De la memoria
Entre la sombra
De la sangre
Las estrellas nacen
Y en su lejanía
Reivindican ser arte
Inspiración
Siempre viva
De naturaleza muerta
Mi patria
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