Ella - ¿Un espíritu inquebrantable?
Vos – Como una tormenta incontrolable
Ella – Es decir, que no puede ser domesticable y en
consecuencia, naturaleza?
Vos – Algo así, aunque es más complejo que eso…
Ella – Sí, entiendo, porque es visionaria y nada le complace
tal como está, sobre todo, si todo –valga la redundancia- se mantiene estático.
Vos – Precisamente
Ella – Y, ¿de la vida una constante es el cambio, no es así?
Vos – Sí, la mayoría de culturas sostienen esta premisa
Ella – Entonces ¿está bien ir más allá, porque lo otro es
estéril no?
Vos – Así es y porque aún somos muy pocos los que nos
atrevemos
Ella - ¿Por qué?
Vos – Porque no es asunto fácil, ¡es fuerte! por la misma
complejidad del abismo, del vértigo, del vacío, los limites del alma,
representados en la locura y la desesperación…
Ella – ¿Tanto así, no se puede llegar a ver más allá, de
otras formas, menos radicales, diría yo?
Vos – No, es preciso caer, la vida es una caída a lo profundo
del ser, a sus temores más íntimos y sortear su oscuridad y dolor, para renacer
más fuerte, una y otra vez. Los resultados hablarán por sí mismos.
Ella – Pero, ¿hay gente que no ha sorteado esos abismos y ha
creado belleza, no?
Vos – Desconozco, entonces no ha vivido. ¿Por qué, qué es
sino la vida. Tú has pensado en alguien?
Ella – Honestamente no, dame tiempo. Me gustaría indagar más
en este tema.
Vos – Muy bien, no hay prisa…
*Vos no es voz, eres tú.
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